Conventillo de Nelly Centro Cultural

Descubrí La Boca a través de su historia, arte y Cultura.

En El Conventillo de Nelly, cada rincón guarda un relato único de la Buenos Aires desde 1886.

Nuestra Historia

El Conventillo de Nelly es una casa construida en 1886 por una familia de inmigrantes italianos que se dedicaban a la carbonería, una actividad muy común entre los primeros genoveses que llegaron al barrio de La Boca. Con el paso de los años, esa familia fue recibiendo a nuevos parientes y amigos que arribaban desde Italia durante la gran oleada migratoria de finales del siglo XIX, transformando poco a poco la vivienda original en un típico conventillo porteño.

Hoy, El Conventillo de Nelly se ha convertido en un espacio cultural y patrimonial que conserva el espíritu de aquella época. En su interior todavía pueden verse objetos originales, fotografías, mobiliario antiguo y detalles arquitectónicos que permiten imaginar cómo era la vida cotidiana de los inmigrantes a fines del siglo XIX. Además, se organizan visitas guiadas, muestras artísticas, obras de teatro y distintas actividades que mantienen viva la memoria del lugar.

Más que una casa antigua, El Conventillo de Nelly es un testimonio vivo de la historia de los inmigrantes, del trabajo y de la identidad porteña. Es un espacio que mantiene abiertas sus puertas para quienes deseen conocer de cerca cómo era la vida en los primeros conventillos y descubrir, entre sus paredes y patios coloridos, el alma del barrio que dio origen a una parte fundamental de la cultura argentina.

OBRAS DE TEATRO

Alberto J. Armando, presidente de Boca Jrs. en dos oportunidades hizo su primera presentación en el Conventillo y “La Bombonera” lleva su nombre. Jorge Amor Ameal, también mantuvo charlas en este lugar en su campaña 2019. Siempre el conventillo estuvo relacionado con instituciones, siendo que los miembros de la familia fueron bomberos voluntarios y todos socios del club. Un club en el que muchas de las personas que vivían en los conventillos, utilizaban sus duchas, ya que los conventillos compartían el baño, y en algunos casos se lo hacía con 40 personas el mismo día.